El matrimonio problemático del Duque vendado - Capítulo 42

Capítulo 2 – La determinación de la nueva esposa

Tan solo recordar el momento en que se le propuso ir de luna de miel, hacía que sus mejillas se aflojaran.

Al escuchar palabras de amor con esa voz grave que tanto le gustaba de Lord Alfred, el sufrimiento de su vida de desencuentros desaparecía por completo.

¿Cuánto pensaba Lord Alfred en hacer feliz a Sierra?

「Oye, Melina. Entre esta y esta, ¿cuál crees que Lord Alfred piense que me queda más linda?」

「El vestido rosa rosado es encantador, y el naranja es deslumbrante. Creo que ambos le sientan bien a usted, señora. Además, sin importar qué vestido lleve, el señor la elogiará, estoy segura.」

Incluso al elegir vestidos y accesorios para llevar al viaje de luna de miel con su doncella Melina, el corazón de Sierra se sentía tan ligero como si tuviera alas.

Además, desde que Lord Alfred había empezado a desempeñar su labor como duque, y Sierra también había comenzado a presentarse en la sociedad como esposa, Melina había dejado de llamarla “señorita” y comenzó a decirle “señora”, y a Alfred, “señor”.

Es lo natural, considerando que estaban casados, pero como Sierra había sido una novia que se presentó sin invitación, y hubo muchos enredos hasta que pudo corresponder los sentimientos de Lord Alfred, había seguido siendo “señorita” todo ese tiempo.

Por eso, cada vez que la llamaban así, no podía evitar ponerse nerviosa y que se le dibujara una sonrisa en los labios.

Solo pedía que le perdonaran si de repente se ponía a cantar.

「Así no está bien, Melina. ¡No quiero que Lord Alfred se canse de mí! Ya de por sí soy más joven y me falta sensualidad, así que no debo descuidarme.」

Sierra estaba por cumplir diecinueve, mientras que Lord Alfred tenía veintiséis.

La diferencia de siete años era imposible de eliminar.

Lord Alfred le decía que la encontraba adorable.

Que no importaba cómo luciera, mientras ella sonriera, eso era suficiente.

Pero las damas con las que conversaba en sociedad eran calmadas, elegantes y recatadas.

Y por supuesto, llenas de encanto y sensualidad como mujeres.

Como esposa del duque, como mujer que lo ama, ¡no podía quedarse como estaba!

Tenía que encontrar alguna forma de hacer que Lord Alfred viera su atractivo.

(¡Yo también tengo que esforzarme para convertirme en una mujer adulta…!)

Si lo lograba, seguramente Lord Alfred se acercaría a ella.

Tan solo escuchar cada día la voz grave de Lord Alfred llenaba sus oídos, su corazón, de felicidad.

El rostro sin vendas que solo le mostraba a ella también le resultaba adorable.

Creía que, si su amor mutuo se profundizaba, esas cosas vendrían de forma natural. Pero con Lord Alfred, apenas dormían juntos.

Pensaba que era porque Lord Alfred estaba ocupado con el trabajo y su rutina de vidas cruzadas continuaba, pero como esposa, como mujer, se preguntaba si no le faltaba sensualidad o esfuerzo.

La propuesta del viaje de luna de miel llegó justo cuando comenzaban a aparecer esas preocupaciones.

Era el primer viaje juntos. Una oportunidad preciosa de estar con Lord Alfred todo el tiempo.

Aprovecharía esta oportunidad para profundizar aún más su amor y avanzar en su relación como esposos.

「¡En esta luna de miel voy a lograr que Lord Alfred y yo estemos más enamorados que nunca!」

Así, con esa determinación, partió.

Pero, desde antes de salir, Lord Alfred tenía un tono de voz tenso, como si estuviera nervioso por algo.

Parecía que su mente estaba en otro lugar, y apenas le respondía a las palabras de Sierra con asentimientos sin emoción.

Como sabía que últimamente había estado ocupado con el trabajo, se preguntó si quizá no se sentía bien.

Pensando eso, le propuso regresar al feudo, pero él lo negó de inmediato.

Tal vez, después de todo, podía pensar que Lord Alfred también estaba deseando esta luna de miel.